Los andarines podrán conocer de primera mano, entre otros lugares significativos, Peñalara, el Dolmen de Cubillejo, Torrelara y la ruinas del Picón de Lara; un hito en la historia de Castilla, dado que aquí vió la luz el padre de su independencia: el conde Fernán González. |
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La ruta a pie que se encamina lo más alto de Peñalara, comienza en la pequeña localidad de Cubillo del César. El caserío de este pueblo todavía conserva construcciones populares, reinando la tipología arquitectónica de la cercana Sierra de la Demanda. |
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El recorrido se inicia en la iglesia de Sta. María, siguiendo el camino o carretera en dirección a Cubillejo. Desde Cubillejo se toma la ancha pista que sube hasta Peñalara. Flanqueado por un denso bosque mixto de encinas y sabinas, el camino asciende sin problemas, no debiendo hacer caso a un ramal que desciende hacia la derecha, a lo más alto de la montaña. De pronto, los caminantes se encuentran con una alargada y artificial acumulación de piedras: se trata un muralla defensiva, construída hace 2.500 años, para proteger un castro de la primera Edad del Hierro. |
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Tras pasar por el vértice geodésico que marcan los 1.295 m. de altitud de Peñalara, el recorrido alcanza un privilegiado balcón natural desde el que se divisa un impresionanrte paisaje: las sierras de la Demanda, Neila y Urbión, toda la vega de Lara y buena parte de la orla mesozoica - a la que pertenece la propia Peñalara- de la que sobresalen las crestas macizas de los distintos sinclinares colgados: Mamblas, Gayubar, Cervera y Carazo. Sin asomarse a los cortados rocosos, para no molestar a las abundantes aves rapaces que anidan en las inmediaciones -entre otras: buitre leonado, alimoche, halcón peregrino, águila real, etc.- se puede ver debajo de Peñalara la silueta de una de las joyas del arte español: la ermita visigótica de Sta. María de las Viñas. |
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